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Harden no se quedó a las puertas de la titularidad en el Oeste. Quedó bastante lejos de Kobe Bryant y de hecho, le superaron en votos tanto Chris Paul como Jeremy Lin. Pero ni su compañero taiwanés fue elegido para participar en el evento de New Orleans, no Paul está en la forma física que luce Harden, que es líder de uno de los equipos en auge del Oeste de la NBA y siendo uno de los jugadores referentes de la liga.
Stephen Curry (base) fue el más votado del Oeste, en la sección de bases-escoltas, con más de un millón de votos recibidos. SU condición de base podría cerrarle la puerta de la titularidad a a Paul.
Harden sería el sustituto natural de Bryant . No solo por ocupar el puesto que Bryant ocupa en la cancha, sino porque luce unos números que son dignos de estar de partida en el gran partido del mes de febrero.
Con más de 38 minutos de media por partido, el escolta de los Houston Rockets ha logrado atesorar una media de cerca de 24 puntos (séptima mejor marca de la NBA, la quinta mejor del Oeste), con un porcentaje de acierto de cerca del 45 por ciento. Además ronda los cinco rebotes y las cinco asistencias por partido.
Y todo sin contar con lo comentado anteriormente. Es el líder de uno de los equipos punteros del Oeste y su figura es ya un icono de la liga, por mucho que no haya conseguido los mismos votos que Chris Paul, en la lucha por entrar en el All Star.
Esa decisión está todavía por tomar, pero será más complicada de tomar la decisión de quien será el jugador que ocupe la plaza que se quedará libre en el equipo del Oeste. En esta lucha suenan dos nombres por encima de todos los demás y se decida lo que se decida, parece que la decisión será acertada y fallida a partes iguales.
Anthony Davis (New Orleans Pelicans) y Goran Dragic (Phoenix Suns) son los protagonistas de este curioso baile.
Anthony Davis cuenta en su favor varios factores importantes. El primero y más importante es que jugaría en casa. Con la presencia de Davis en el Juego de las Estrellas, New Orleans se vería doblemente recompensada. Por un lado por ser el hogar de un evento tan especial y por otro lado por tener la oportunidad de vivir esa experiencia con el ídolo del equipo local.
Un jugador que ya formó parte del equipo que ganó el oro olímpico en Londres 2012, y que esta temporada ha quedado séptimo clasificado en las votaciones, en el apartado de aleros-pivots, con más de 286.000 votos. Todos los que le precedieron, estarán en el All Star, a excepción de Tim Ducan.
Con estas credenciales parecería obvio pensar que la decisión final es fácil. Pero entonces… ¿por qué no son suficientes su media de más de veinte puntos y diez rebotes por partido?
La respuesta está en Phoenix y en el jugador que está liderando al equipo hasta la sexta plaza del Oeste.
Goran Dragic está en forma, liderando a los Phoenix Suns hasta una sorprendentemente buena posición dentro del Oeste, que le está convirtiendo en ser un equipo comprador de cara a la segunda mitad de la temporada.
Dragic está promediando 20 puntos de media por partido con un porcentaje de acierto bárbaro (superior al 50 por ciento, y siendo mejor incluso en el último tramo de la temporada), sumando a ello más de tres rebotes y seis asistencias por partido.
Unos números aún más sorprendentes si los comparamos con sus números en su carrera profesional. Mientras que la media de su carrera se sitúa en 10.7 puntos, 2.5 rebotes y 4.4 asistencias, los números cosechados en lo que llevamos de año, le han llevado a ser nombrado jugador de la semana de la NBA (02/03/2014).
Además, los Pelicans están a más de diez victorias de los Suns. New Orleans es el anfitrión del evento, pero no tiene opciones de estar en la postemporada, mientras que los Suns piensan ya en los cruces de los playoffs y cómo reforzarse de cara a esa postemporada. Una situación que vive Phoenix, gracias a Dragic.
Patata caliente la que tiene la NBA.